03 septiembre, 2019

Del dolor de espalda.

"Los límites no son difusos, el cuerpo avisa con una sensación de disgusto y rechazo lo que no quiere hacer. El problema de los límites es el miedo a mostrarnos tal cual somos, ser complaciente con el resto, por sobre uno mismo, es una de las tantas formas retorcidas de buscar aprobación o que simplemente nos quieran". El problema es cuando nos quieren por eso que no somos, por esa idea que se genera de alguien que en realidad no existe, porque en algún minuto uno se aburre de ser ese personaje, llega al límite real.

No sé cuál es mi límite ahora. Yo creía que había cosas que jamás iba a tolerar, pero estoy super acostumbrada a mentirme todo el rato, a decirme que obvio que no aguanto esas cosas y después igual lo hago, no se si por ser complaciente o porque solo me da paja el soltar.

A veces, cuando me miento por mucho rato, me empieza a doler la espalda. Hubo un tiempo, en la universidad, en que mi neura se manifestaba en mis manos, y me salían unos granos muy de mierda, que después se secaban o se reventaban y quedaba con todas las manos partidas. 

Después escaló a dolores de cabeza. Llegaba noviembre, era momento de entregar todo, de cerrar todo y empezaba a morir lentamente con migrañas totalmente ridículas. Ahora, lo que mi cuerpo adoptó como nueva forma de avisar es el dolor de espalda. Cuando algo me molesta, me duele la espalda y aunque yo ande muy que no me molesta nada, que todo está bien, es mi cuerpo el que se encarga de decirme que nada está bien a través de formas completamente descriteriadas y para nada amigables. 

Resultado de imagen para something about mary woogie
Descripción gráfica de la roncha
Recuerdo una de las últimas veces, me dolía la espalda nivel "no puedo existir siquiera" y obvio que me hice la hueona de forma universal, fui a que me vieran la espalda y me dijeron que era estrés y básicamente me reí de mi misma y renegué de esa situación, porque cómo tan tarada de estar estresada en abril, "aguántate hasta octubre por lo menos amika"... hasta que dos semanas más tarde el dolor de espalda escaló a ronchas por todo mi cuerpo, muy nerviosas, que obviamente no pude pasar por alto. Andaba super a lo loco por Mary.

Igual traté. Yo juraba que era alergia y lavé toda mi ropa, todo lo que tiene contacto conmigo, onda usé la función de ESTERILIZACIÓN que tenía mi lavadora, le puse cualquier color y me compré el jabón más pro... solo para descubrir que las ronchas brotaban más y más solo en ciertas situaciones. Nada que hacer, tuve que ir y que me dieran licencia, porque muy a regañadientes acepté que ese era mi límite. Una cosa es el dolor de espalda, que es completamente invisible y otra, muy diferente, es andar literalmente brotada. Naquevers po!

Ahora mi límite está más abajo, ya dije que no sé cual es, pero ya no espero a tener ronchas para decir basta. Quizás estoy creciendo, quizás incluso estoy madurando. Yo creo que, en realidad, es solo que el mierdómetro lo tengo a tope. Nada más.




No hay comentarios.:

Publicar un comentario