21 agosto, 2019

No quiero

No quiero tener hijos.

Durante el último tiempo, absolutamente todas las veces que digo eso, me llega una cachetada de "eso lo dices ahora" y "te vas a arrepentir" que me hace cuestionar realmente cuando es que una se valida ante los ojos del resto.
Hace un año, un poco más en realidad, cuando me operé, uno de los motivos era precisamente la maternidad y que ni cagando era factible ser mamá con un sobrepeso tan grande-gigante-enorme-mutante como el que tenía.
No es que no me lo haya cuestionado ni me haya generado preocupación antes, pero el momento especifico en que me cayó el ladrillo en la cabeza acerca de las dificultades que podrían presentarse, fue cuando la cuñada-no-favorita me dijo (y cito textual) que si quería shantarle una guagua a su hermano, tenía que bajar de peso, porque me podía morir y Cristóbal iba a sufrir musho.
Obviamente me ardió el hoyo con eso, porque ni-cagando me había enterado de que estaba saliendo con un Rockefeller, digno de tal ordinariez como el shantamiento guaguístico. De todos modos, eso es harina de otro costal.
Bueno. La cosa es que después de operarme, bajar 42 kilos, recuperar las energías y hacer el trabajo más mierda de la vida, en lo emocional, me di cuenta de que no quiero tener hijos. O sea, hueon, me da terror subir de peso, me da pánico pensar que con todo lo que pasé, voy a subir de peso PARA UN EMBARAZO, para tener una guagua que se va a robar mi tiempo -dígame egoísta de mierda, no me importa- y con la cual nunca volveré a ser solo yo, sino que tendré un apéndice (aka parásito) para siempre.
Se me cortó todo el hilo porque me puse a pensar en cualquier cosa. Nada que hacer, pero no está demás decir "hueona de mierda, mirá de quien te burlast, Barney!" a la cuñada-menos-favorita.

*Menciono además que después del episodio "te echo los perros" de esta cabrita, el ex NO FUE CAPAZ DE PARARLE EL CARRO. Bueno, en realidad nunca nadie le ha parado el carro por nada a la pobre cabra, como si le tuvieran miedo, avalando comportamientos muy de mierda bajo la eterna disculpa del "ella es así". Una siempre se puede defender sola, obviamente, pero nunca está demás la patada en la raja bien puesta, a quien corresponde y pegada por quien corresponde.



"Si de algo te sirve, estoy de tu lado, lo que sea que eso signifique". CA-LE-TAMSSSSSSS.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario