Veo fotos de cuando era chica, de momentos con mis papás y hermanos y no puedo acordarme del momento en sí.
Hay una foto como en el bosque en Pichilemu, salimos todos muy felices, un momento real de familia feliz, debo haber tenido como 6 años... y simplemente no me acuerdo de ese momento. No me acuerdo de mucho de cuando era chica, como si tuviera todo bloqueado por algún motivo que aún desconozco.
Recuerdo que cuando era chica y mis papás peleaban, me ponía tan nerviosa que me dolía la guata, onda real, como un combo en el centro de mi cuerpo que me dejaba doblada sin poder moverme. Era un dolor que me paralizaba y, después de un tiempo, la estrategia que creo mi cabeza de niña para evitar ese dolor de guata, era salirme por a ventana de mi pieza y dar muchas vueltas a la manzana, hasta que cachaba que más o menos podía haber pasado el drama.
Después, ni siquiera me dolía con la pelea en sí. Me dolía cuando empezaba a sentir enrarecido el ambiente y veía la cara de orto de mi mamá a punto de ponerse como araña peluda. No la culpo, yo a veces me pongo igual cuando me enojo.