30 junio, 2019

Ponerse hueona

Hay veces en la vida en que una de verdad se pone hueona.

No es gratuito el auto insulto, pero es que de verdad uno después mira pa atrás y se da cuenta de que la vendió, de que no era necesario y que probablemente el ahueonamiento fue consecuencia de ser malcriada.


Uno se ahueona cuando piensa que quiere cosas, que en realidad no quiere, pero que cree que quiere porque los otros lo tienen o lo están haciendo. Así de simple. Uno se ahueona cuando se pone envidioso, cuando empieza a querer para si, la vida de otro, sin cuestionar en lo más mínimo si es lo que uno realmente quiere o si solo se está ahueonando de la forma más brígida en que un ser humano puede caer.


Uno se ahueona cuando deja de cuestionar y empieza solo a asentir con la cabeza, como perro plástico en taxi flaite. Uno se ahueona cuando hace cosas por el resto, por lo que van a decir de uno, por lo que van a pensar de uno, dejando de lado todas sus convicciones y creencias, aunque estas vayan contra lo que se hace.


Uno solo se des-ahueona cuando dice basta. Y cuando eso pasa, déjenme decirles que es la raja, porque si logras decirlo, es que de verdad te llenaron el saco y no quieres más. Así de simple.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario