11 noviembre, 2011

Carta de (des)amor abierta

Se que probablemente la persona a quien van dirigidas estas palabras jamás llegue a leerlas, pero luego de un año creo necesario poder expresar todo lo que pasa por mi cabeza. Recuerdo muy claramente la primera y la última vez que nos dijimos te amo, la primera vez que me llamaste "mi amor". Recuerdo como si hubiese sido ayer un montón de cosas para las que te sentí el primero.

Buscamos desesperadamente la felicidad y alguien con quien compartirla, pero una vez alcanzado el objetivo no cuidamos de él y solo damos por sentado que siempre estará ahí, que ya no necesita mantenerse.
Nos gustaba creer que eramos el uno para el otro, que nuestras vidas se habían atado por un cordón mágico que ya jamás se rompería, pero el tiempo no nos dio la razón y nos enseñó que uno puede desear muuuuuuchas cosas, con todo el corazón, pero eso nunca será suficiente.

No si fui yo y creo que jamás lo sabré, pero llegó un momento en nuestras vidas en que ambos despertamos del sueño y notamos con dificultad que ya no era para siempre. El tiempo que duró ese amor fue realmente hermoso, marcó mi vida profundamente y me hizo ser una mejor persona, pero ahora más que nunca tengo claro que la vida cambia, las cosas cambian y por mucho que uno se aferre a lo conocido, a eso que uno ama, es inútil.

Conocemos gente, miramos la vida cada día de forma diferente y aprendiendo de quienes nos encontramos en el camino, y yo de ti aprendí que la vida es algo más que tristeza, que el amor es algo tan hermoso que a veces duele; Contigo aprendí a querer bien y me sentí profundamente amada.

Intenté dejar de pensar en ti, en tu sonrisa y en cada palabra que me dijiste, en cada palabra que jamás pudiste encontrar para demostrar cuanto me querías. Quise dejar todo atrás, apagar todo y no volver jamás, pero debo reconocer que no pasa un día sin que piense en ti.
Al principio lo hacía y darme cuenta de que aún te amaba no me traía más que dolor. Hoy he aprendido a pensarte sin dolor, sin ese amor enfermizo que alguna vez me volvió loca. Hoy he aprendido a quererte aun más, de esa forma en que te quiero y no te tengo, porque al final no eramos "el uno para el otro" (si, super ilusa al creer que eso existe).

Ya no ocupo mi tiempo en pensar de quién fue la culpa, quién se equivocó o simplemente qué pude hacer de otra forma.Ya no te espero, porque sé que nuestras vidas se han alejado lo suficiente para solo recordar las cosas buenas. Ya no sigo en esa batalla constante e imposible.

A veces lloro porque me siento fracasada. Siento que fallé en la promesa más importante que hice, no dejarte ir. Siento que fallé como polola, fallé como amiga y en especial fallé como persona. 
Cada día que ha pasado luego de que ya no estuvimos más juntos he tratado de ser mejor, de crecer y alejarme tanto como sea posible de esa persona que al final ni tu ni yo quisimos.

Ha pasado un año y solo el tiempo me ha enseñado que puedo con esto, sola. Llegaste a mi vida cuando menos esperaba ser amada y te fuiste cuando más lo necesitaba. Me gusta pensar que me dejaste ir porque ya estaba grande, porque ya no era esa niña chica a quien tenías que proteger, pero aún ahora se hace difícil. Aún no he aprendido como ser grande.

Ha pasado un año y no se si vuelva a encontrar el amor, el amor como lo sentí contigo. El problema, realmente, es que no me siento lo suficientemente buena para él y tengo miedo de nunca más sentir que si es suficiente.

Te escribo esta carta, luego de muchas y luego de un año, solo para decir que aunque ya no seamos los primeros, tú siempre serás importante. Siempre serás esa persona a la que quiero contarle todo lo bueno que me está pasando, la persona a la que aún me da pánico mirar, solo porque no quiero sentir nada, no quiero sentirme tan estúpida.

Y yo, muy en el fondo y ya no tan secretamente, siempre seré tu Ñeñi.


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